En los últimos años, una enfermedad silenciosa y agresiva ha comenzado a extenderse entre los perros callejeros de Tecomán: el Tumor Venéreo Transmisible (TVT). Veterinarios y asociaciones animalistas advierten que los casos van en aumento y que la falta de atención oportuna está convirtiendo esa enfermedad en una crisis de salud pública.
El TVT es un tumor contagioso que afecta principalmente a perros no esterilizados y en situación de calle. Se transmite por contacto sexual, así como a través de heridas o mucosas expuestas. Aunque no es mortal si se trata a tiempo, su progresión puede ser dolorosa y, en muchos casos, resulta en el abandono de las mascotas.
“El problema se ha vuelto más visible en los últimos 3 años. Cada vez llegan más casos. Lo preocupante es que muchos dueños no saben qué es y simplemente abandonan al animal cuando notan tumores”, señaló el médico veterinario Juan Antonio Villalobos Hernández, de la clínica Zoo. Explicó que el TVT puede curarse en más del 90% de los casos, siempre que se siga un tratamiento adecuado con quimioterapia y medicamentos complementarios.
Sin embargo, dijo que más allá del tratamiento, el énfasis debe estar en la prevención. La esterilización sigue siendo la medida más efectiva para evitar la propagación de la enfermedad. Así lo sostienen también integrantes de la asociación tecomense “Siempre seré tu voz”, quienes cada semana enfrentan la realidad de perros callejeros con tumores visibles, sangrantes y, en muchos casos, infectados.
“Esto no es un tema de exagerar o humanizar a los animales, como algunos critican. Es una cuestión de salud, respeto y responsabilidad con seres vivos que no tienen voz”, enfatizó Liz Torres, voluntaria de la citada asociación.
Por su parte, Liliana Mercedes Gómez Martínez, también activista, insistió en que la sociedad puede jugar un rol clave en esta problemática: “Aunque sabemos que hay muchos perros en situación de calle, no podemos rendirnos. Si cada ciudadano reportara casos y asumiera su parte, podríamos frenar esta cadena”.
Tanto la comunidad veterinaria como los activistas coinciden en que la indiferencia también contagia. Por ello, el llamado es claro: esterilizar, atender y no abandonar. La salud animal y la salud pública están más conectadas de lo que muchos imaginan.